miércoles, 3 de diciembre de 2008

Peligrosa enfermedad en cultivos cítricos RD

En sembradíos de cítricos ubicados en Luperón e Imbert, Puerto Plata, fue descubierta la enfermedad Diaphorina citri, cuyo poder de destrucción es de tal magnitud que en Cuba, sexto país productor del mundo, obligó a eliminar el 80 por ciento de los cultivos.

Hasta el momento el foco real, afectado por la bacteria llamada Candidatus liberobacter asiática, productora de la enfermedad, ocupa un área de unos 9 kilómetros, desde donde fue detectada inicialmente la situación.
Las autoridades de Sanidad Vegetal de la Secretaría de Agricultura sostienen que las grandes extensiones de naranja, limón, toronja, entre otros, no han sido tocadas, pero aún así, algunos empresarios agroindustriales consultados por El Caribe advierten que “la enfermedad no augura nada bueno y debe enfrentarse con la mayor rigurosidad posible para proteger la industria”.
El productor Ricardo Barceló no descarta la posibilidad de que el mal haya entrado en algún barco por el muelle de Luperón, procedente de La Habana o la Florida.

En este último lugar la Diaforina Citri se ha diseminado en al menos un 90 por ciento, según datos obtenidos.
En República Dominicana hay unas 50 mil hectáreas organizadas y no organizadas sembradas de cítricos, en las cuales se emplean más de 30 mil personas.
Considerada una de las plagas más dañinas para los cítricos en todo el mundo, el Candidatus liberobacter está distribuido en el suroeste de Asia (allí comenzó), en Honduras, Argentina, Cuba, Estados Unidos y Guadalupe.
En Brasil, ha habido que hacer esfuerzos extraordinarios para mantener la producción de cítricos.

Lo mismo ha ocurrido en La Florida, donde el costo para control de insectos ha encarecido considerablemente.
La Diaphorina es un insecto parecido a una “esperancita”, casi microscópico, que absorbe la savia de las hojas y tallos (pecíolos), debilitando totalmente la planta.
El insecto estuvo causando problemas a los cítricos nacionales desde el año 2002, pero ahora encontró la bacteria Candidatus liberobacter, lo que facilita que se disemine el problema, según dijo ayer el director de Sanidad Vegetal de Agricultura, Luis Garrido.
Las inspecciones de los técnicos de esa área indican, de acuerdo a sus expresiones, que el problema no ha tenido influencia fuera de la zona detectada, puesta ya en cuarentena.
El país hizo la notificación oportuna (como establece la norma de sanidad a nivel internacional) sobre la presencia de la enfermedad en territorio dominicano, lo que permitirá que haya asistencia técnica y en muchos casos económica de los organismos ligados al tema.
“No tenemos fuerte presión de Estados Unidos, porque ellos tienen la enfermedad allá.

Queremos ganar tiempo, y por eso estamos haciendo aplicaciones de insecticidas cada semana.

Tenemos 5 puntos de control en el área donde está el problema.

Tratamos de proteger los productores grandes y pequeños que están fuera del punto afectado”, apuntó Garrido.

Sanidad vegetal permanece alerta

El director de Sanidad Vegetal de Agricultura dijo que desde 1998 cuando la enfermedad se encontró en Asia, se comenzó a trabajar para evitar que llegara al país. Se colocaron alertas en puertos y aeropuertos y se prohibió la entrada de material citrícola para evitar riesgos y sorpresas.

“Estamos prevenidos del problema desde 1998; luego se descontinúo y cuando llegamos en el 2004 retomamos el tema.

Hemos tenido inconvenientes hasta con artistas famosos, que han querido introducir material citrícola, incluso yemas y semillas al país, pero no lo hemos permitido”, dijo Garrido.

Sostuvo que los síntomas sospechosos encontrados en Puerto Plata fueron enviados a laboratorios de Estados Unidos, para tratarlas con procedimientos moleculares y de otro tipo.

Toma de muestra

El sector privado -de acuerdo a lo dicho por Ricardo Barceló- trabaja para fortalecer el laboratorio del Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Idiaf) para que puedan tomarse las muestras, que todavía, según él, no se han realizado a nivel nacional.

Las pruebas se realizan tomando el ADN de las hojas, expresaron especialistas consultados.
Si la enfermedad no es tratada con cuidado en tres años puede arrasar grandes extensiones de plantaciones completas.

Por otro lado, el director de Santidad Vegetal de Agricultura sostuvo que las plantas afectadas y las de sus alrededores en Luperón e Imbert fueron eliminadas y se usó productos químicos para evitar que las especies brotaran de nuevo.

La zona debió ponerse bajo cuidado.
fuente elcaribecdn.com

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